La Semana Santa en Ayacucho es una de las celebraciones religiosas y culturales más importantes del Perú y de América Latina, reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación. Con más de 150 años de tradición, combina la celebración del rito católico con expresiones andinas, reflejando el sincretismo religioso y la identidad local de la región. Durante diez días, la ciudad se llena de procesiones, bandas musicales, cánticos en quechua y expresiones culturales oriundas de la región de Ayacucho. Esta festividad, considerada la más grande del país y la segunda a nivel mundial después de Sevilla, atrae a miles de fieles y turistas cada año, consolidándose como símbolo de unidad, fe y cultura viva del pueblo ayacuchano.
La Semana Santa en Ayacucho 2025 se celebrará del 10 al 20 de abril, según el programa oficial compartido por el Gobierno Regional de Ayacucho. Las festividades comienzan el 11 de abril con el Viernes de Dolores y culminan el 20 de abril con el Domingo de Resurrección.
Cronograma de la Semana Santa en Ayacucho 2025:
En Ayacucho la Semana Santa tiene sus orígenes en la época virreinal, cuando los misioneros españoles trajeron el cristianismo a la región andina del Perú. Así, con el paso del tiempo, la festividad fue tomada por la población local, mezclando elementos culturales y simbólicos del mundo andino, lo que dio lugar a una expresión religiosa única en el país.
Durante el siglo XIX, especialmente en los tiempos de crecimiento económico por el auge del guano, la celebración tomó mayor relevancia social y económica, coincidiendo con ferias ganaderas y eventos comerciales que atrajeron más público. En este contexto, la Semana Santa en Ayacucho no solo se consolidó como una festividad religiosa, sino también como un espacio de encuentro comunitario y de intercambio cultural.
Con el tiempo, se fueron estableciendo las procesiones que hoy en día son tradicionales, como la del Domingo de Ramos o el Miércoles de Encuentro, caracterizadas por la participación masiva de fieles, la organización de mayordomos y el uso de andas artísticamente decoradas. Esta evolución convirtió a la Semana Santa en una celebración de identidad única ayacuchana.
Actualmente, esta festividad no solo es una expresión de fe, sino también un atractivo turístico y cultural de proyección nacional e internacional, reconocida por su intensidad espiritual y su riqueza en tradiciones vivas.
La jornada comienza con una misa en la iglesia de Santa María Magdalena. Al anochecer, alrededor de las 7:00 p.m., se inicia la procesión en la que participan la Virgen Dolorosa, el Señor de la Agonía, la Verónica y San Juan. Estas figuras recorren las calles desde la iglesia de La Magdalena, acompañadas por una multitud de fieles que expresan su devoción con cánticos y oraciones.
Durante la procesión, es común la quema de chamizo (retama seca) y la presencia de ninatoros, estructuras en forma de toro que lanzan fuegos artificiales, es uno de los componentes festivos y tradicionales del evento. Además, una característica distintiva de esta celebración es el cambio de mayordomo, la persona encargada de organizar la festividad. En la procesión, el nuevo mayordomo recibe un guion de plata como símbolo de su compromiso y responsabilidad para el próximo año.
El Domingo de Ramos en Ayacucho marca el inicio oficial de la Semana Santa, como una de las festividades religiosas más importantes del Perú. Desde tempranas horas de la mañana, los fieles se congregan en diversas parroquias y capillas para participar en misas donde se bendicen palmas y ramas de olivo, símbolos de paz y esperanza. Estas palmas son luego llevadas en procesión por las calles de la ciudad, recreando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
Por la tarde, se lleva a cabo la procesión del Señor de Ramos, que parte desde el Monasterio de Santa Teresa. La figura de Cristo montado en un burrito blanco es acompañada por doce fieles vestidos con atuendos que representan a los apóstoles. En este recorrido por varios puntos de la ciudad, se entonan cánticos en quechua y se agitan palmas en señal de júbilo.
El Lunes Santo en Ayacucho se caracteriza por la solemne procesión del Señor del Huerto. Esta imagen, que representa a Jesús en oración en el Huerto de Getsemaní antes de su arresto, es llevada en andas, adornadas con cirios, ramos de olivo y frutas como choclos y piñas, muchas de las cuales son traídas especialmente desde el valle de Apurímac.
La procesión parte del histórico Templo de la Buena Muerte, una iglesia de arquitectura modesta pero significativa que data del año 1720. Durante el recorrido, que culmina en la Plaza Mayor, se mantiene un ambiente de profundo recogimiento; no se utilizan cohetes ni música festiva, en respeto al carácter contemplativo de la escena que se conmemora.
En esta fecha del Martes Santo se conmemora la captura y sentencia de Jesús. A lo largo de la tarde, se realiza el traslado de la imagen de Jesús Nazareno desde el Convento de Santa Teresa al Templo de Santa Clara, preparándose para el solemne Encuentro del Miércoles Santo.
Por la noche, a las 7:00 p.m., inicia la procesión del Señor de la Sentencia, que parte del Templo de La Amargura. La figura representa a Cristo con las manos atadas y signos de tortura, simbolizando su juicio y condena. En el recorrido, se detiene en catorce estaciones donde se reza el Vía Crucis, acompañado de cánticos en quechua y castellano. Esta procesión es organizada tradicionalmente por el Poder Judicial de Ayacucho, mostrando la participación activa de diversas instituciones en las celebraciones de la Semana Santa.
Durante este día, se escenifica el emotivo encuentro entre Jesús Nazareno y la Virgen Dolorosa en su camino al calvario. La procesión comienza con la salida de las imágenes desde diferentes templos: Jesús Nazareno desde el Templo de Santa Clara y la Virgen Dolorosa desde otro punto de la ciudad. Ambas figuras recorren las calles, acompañadas de una multitud que porta cirios en las manos, mostrando así una profunda devoción y recogimiento.
El punto culminante de la procesión ocurre en la Plaza Mayor de Ayacucho, donde las imágenes se encuentran frente a frente. Este momento es acompañado por la participación de personajes como San Juan y La Verónica, quienes representan escenas del Vía Crucis. La Verónica se acerca a Jesús para limpiarle el rostro, y luego informa a San Juan sobre el estado de Jesús. Ambos van en busca de María, quien acude al encuentro de su hijo. Las andas de Jesús y María se inclinan una hacia la otra, simbolizando el dolor y la esperanza compartidos. Horas antes de la llegada de las figuras, se realiza la elaboración de alfombras de flores y aserrín de colores, abriendo paso a la entrada de la imagen del Nazareno.
Las actividades comienzan temprano con la Procesión del Clero Arquidiocesano, seguida por la Misa de Consagración de los Santos Óleos, donde se bendicen los óleos que se utilizarán en los sacramentos durante el año. Por la tarde, se celebra la Cena del Señor y la adoración eucarística. A las 7:00 p.m., los fieles participan en la tradicional Visita a las Siete Iglesias, recorriendo los templos del centro histórico, todos detalladamente decorados con panes, uvas, espigas y figuras de corderos, simbolizando la abundancia y la vida.
En esta jornada, las calles de Ayacucho se llenan de fieles que, en silencio y devoción, visitan los altares eucarísticos preparados en las iglesias. Esta tradición, conocida como la “romería a los monumentos eucarísticos”, es una oportunidad para la reflexión y la oración, en la que los devotos rememoran la institución de la Eucaristía y el sacerdocio.
El Jueves Santo en Ayacucho es una jornada de profundo recogimiento y fervor religioso, caracterizada por diversas actividades litúrgicas y tradiciones que rememoran los últimos momentos de Jesús antes de su crucifixión.
Desde tempranas horas del Viernes Santo, comienza el traslado de la imagen del Cristo Crucificado desde el Templo de la Compañía de Jesús hasta la Basílica Catedral. Al medio día, se lleva a cabo el Sermón de las Siete Palabras en castellano en la Basílica Catedral, mientras que en el Templo San Francisco de Asís se celebra simultáneamente una misa en quechua.
Por la noche, se realiza la procesión del Señor del Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa, partiendo del Templo Santo Domingo hacia la Plaza Mayor de Ayacucho. Durante esta procesión, las autoridades civiles y religiosas, junto con los miembros de la Hermandad de Cargadores, visten estrictamente de negro y portan cirios encendidos, como acto de fe y devoción por este día.
Además de las actividades religiosas, el Viernes Santo también es una ocasión para las ferias regionales que se realizan en las pampas de Chupas y Llañupampa, donde se exponen productos locales y se celebra la expresión cultural ayacuchana.
Esta fecha comienza a las 9:00 a.m. con el repique simultáneo de las campanas de los 33 templos de la ciudad, anunciando la gloria de Cristo resucitado. A lo largo del día, se realiza la Vigilia Pascual, que incluye la bendición del fuego y del Cirio Pascual, el canto del Pregón Pascual, lecturas bíblicas, la bendición de la pila bautismal y la renovación de las promesas bautismales, culminando con la Liturgia de la Eucaristía.
Paralelamente, se celebra la tradicional Pascua Toro o Jala Toro, una costumbre con más de 300 años de antigüedad. Originalmente, los hacendados donaban toros a instituciones benéficas como cárceles y hospitales. Hoy en día, esta tradición se ha transformado en un desfile festivo por las calles, con participantes disfrazados y acompañados de música. En 2025, debido a restricciones municipales para preservar el orden en el centro histórico, el evento se trasladó al distrito de Carmen Alto.
Por la noche del Sábado de Gloria, la ciudad se llena de ferias, música tradicional, danzas y fuegos artificiales, específicamente en el Cerro Acuchimay. Los fieles y visitantes se congregan en la Plaza Mayor, esperando con entusiasmo la procesión del Domingo de Resurrección.
El Domingo de Resurrección en Ayacucho, marca el punto final de la Semana Santa con una de las procesiones más multitudinarias del país. La jornada comienza con la Solemne Misa de Pascua en la Basílica Catedral, presidida por el arzobispo de Ayacucho. En horas de la mañana, el estallido de fuegos artificiales anuncia la salida de la imagen del Cristo Resucitado, dando inicio a la procesión que recorre la Plaza Mayor de Huamanga.
La imagen del Cristo Resucitado es transportada en un imponente anda de más de 15 toneladas, considerada la más grande y pesada del Perú. Este anda es llevada en hombros por al menos 500 cargadores, quienes, acompañados por miles de fieles y turistas, recorren las calles en un ambiente de júbilo y devoción. La procesión culmina con la entrada triunfal de la imagen a la Catedral, entre aplausos, cantos y una lluvia de pétalos de flores, se despide la figura al igual que la Semana Santa Ayacuchana.
La Semana Santa en Ayacucho es una manifestación cultural y religiosa profundamente arraigada en la comunidad, donde diversos roles y estructuras organizativas se expresan tanto en la devoción como en las dinámicas sociales de la región.
Los mayordomos o priostes son figuras centrales en la organización de las festividades. Generalmente, una pareja asume este cargo, comprometiéndose a coordinar y financiar las actividades relacionadas con la celebración. Su responsabilidad incluye la planificación de las procesiones, la contratación de músicos, la organización de agasajos y la supervisión de la elaboración de las andas procesionales. Este compromiso se formaliza mediante el ritual del Watacuy, donde los mayordomos salientes y entrantes se comprometen públicamente a continuar con la tradición.
Los aynis son colaboradores cercanos de los mayordomos, quienes ofrecen apoyo logístico y financiero. Entre ellos se encuentran:
La comunidad en general participa activamente en las festividades. Vecinos e instituciones locales colaboran en la elaboración de alfombras florales que adornan las calles durante las procesiones, especialmente en el Miércoles de Encuentro. Además, las ferias y actividades culturales que se desarrollan en paralelo a las celebraciones religiosas fomentan la integración entre los habitantes de Ayacucho y los visitantes.
En conjunto, la Semana Santa en Ayacucho no solo es una expresión de fe, sino también un reflejo de la cohesión social y la identidad cultural de la región, donde cada miembro de la comunidad desempeña un papel significativo en la preservación y transmisión de esta tradición.
Durante la Semana Santa, Ayacucho no solo tiene procesiones y tradiciones religiosas, sino también está su rica gastronomía. A continuación, se presentan algunos de los platos más representativos que se disfrutan en esta fecha:
Durante la Semana Santa en Ayacucho, además de participar en las procesiones y actos religiosos, se pueden disfrutar de una variedad de actividades turísticas que resaltan la riqueza cultural y natural de la región.
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